Articulan el Hogar de Cristo de
San Cayetano con el emprendimiento textil de la Alameda para
reforzar la cultura del trabajo.
Los curas villeros crearon los Hogares de Cristo, un método de
reconstrucción de comunidad para quienes han caído en el consumo de
drogas.
La escucha, el trabajo y la reconstrucción de comunidad. Estos tres
valores son compartidos por la organización La Alameda como los
Hogares de Cristo que impulsan los curas de las villas y barrios
populares. En particular, la Iglesia de San Cayetano, del barrio de
Liniers, con su propia textil se encuentra articulando con la
cooperativa textil de la Alameda. Unos asisten a víctimas de la
trata y esclavitud y los otros a quienes salen de la exclusión.
Este martes, el sacerdote Eduardo Drabble, de San Cayetano,
acompañado por un seminarista, Ramiro, y uno de los laicos
responsable de la textil del Hogar de Cristo, Pablo Hernández,
visitaron la sede de la Fundación Alameda en el barrio de Parque
Avellaneda, en el mismo lugar donde Jorge Bergoglio cardenal celebró
bautismos o participaba del lanzamiento de la marca internacional
sin esclavitud, No Chains.
Tamara Rosenberg y Ezequiel Conde, por la textil Alameda e
impulsores de la marca No Chains, plantearon la problemática global
de la industria textil, con intentos de mayor flexibilización por
parte del gobierno nacional, y el otro foco lo pusieron en los
proveedores del Estado “que producen en la esclavitud para el
gobierno” mientras dejan afuera de las licitaciones a las
cooperativas o emprendimientos que apuntan a la reinserción al
trabajo como los hogares de cristo.
“Estamos en el mismo barco”, les respondió el sacerdote Drabble,
quien bendice y acompaña como pastor a los que día a día viven en
comunidad en el Hogar de Cristo.
El sacerdote con sus compañeros no llegaron con las manos vacías. En
gestos de hermandad regalaron una estatuilla del patrono del
trabajo. Y la Alameda respondió con un almuerzo para el cura, el
diacono y el laico.