06/07/2018

LA IDENTIDAD EN JUEGO


Nuevamente se puso la lupa sobre el nombre de la Plazoleta ubicada en Rivadavia e Irigoyen. Hoy se la conoce como Teniente General Adolfo Arana, pero no siempre fue así. ¿Qué fue lo que sucedió?

 


La Asamblea Barrial de Villa Luro busca devolverle a la plazoleta ubicada en la calle Rivadavia, entre Cortina e Irigoyen, el nombre que la dictadura de Aramburu le quitó. El día 20 de diciembre de 1936 se inauguró en aquel espacio verde aún innominado, un mástil evocativo al cese de hostilidades entre Bolivia y Paraguay (por la guerra del Chaco Boreal, un conflicto que comenzó en 1932 y dejó el saldo de 90.000 muertos). El día 12 de junio de 1935 Bolivia y Paraguay firman la paz en Buenos Aires, gracias a los buenos oficios del Ministro de Relaciones Exteriores y Culto Dr. Carlos Saavedra Lamas.

Con el armisticio se logró el fin de la guerra y la anhelada paz, el trabajo realizado por Saavedra Lamas es reconocido internacionalmente el 24 de noviembre de 1936 cuando se le otorga el Premio Nobel de la Paz.

La idea del mástil, surgió por iniciativa de la Asociación Vecinal de Fomento “Los Amigos de Villa Luro” y fue construido por la municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, el día de su inauguración se descubrió una placa sobre el mástil con la siguiente leyenda “La sociedad de fomento los Amigos de Villa Luro en homenaje a la confirmación de la paz en América”.

Desde entonces, los vecinos comenzaron a tomarlo como un punto de referencia llamándolo “El mástil de la Paz”.

Pero poco más de 20 años después, durante el gobierno de facto del general Pedro E. Aramburu, es sancionada con fecha 10 de enero de 1958 el decreto Nº 293 (no publicado) por el cual se le otorga a la plazoleta anteriormente mencionada el nombre de Teniente General Adolfo Anastasio Arana.

Adolfo Anastasio Arana (1857-1926) fue un militar que combatió en las campañas del desierto (Río Negro y Corrales durante la revolución de 1880).

Este decreto surgió en base a un pedido formulado por una “comisión popular” (vale recordar que la Junta de Estudios Históricos de Flores se adjudica esta designación) de homenaje al teniente general Adolfo Anastasio Arana, en el considerando del decreto destacan los méritos del mismo por su carrera militar y su eficiente participación en la campaña del desierto, sus virtudes ciudadanas, su posición democrática y el hecho de nacer en esta ciudad y el cariño que sentía por ella, en base a estos antecedentes se procedió a la designación.

A la luz de los hechos se desprende con claridad que superpusieron dos hechos históricos diferentes, que no guardan vínculo alguno entre sí y en donde no existe correlato histórico alguno, de esa manera se alteró la identidad histórica original del lugar, perdiendo de esa manera la posibilidad de convertirse en un punto de referencia histórico en la ciudad, como símbolo de paz, entre los pueblos.

En virtud de lo expuesto y teniendo en cuenta la constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires , en su capítulo sexto –cultura – artículo 32 en donde dice: “Esta Constitución garantiza la preservación, recuperación y difusión del patrimonio cultural, cualquiera sea su régimen jurídico y titularidad, la memoria y la historia de la ciudad y sus barrios”, desde la Asamblea Barrial de Villa Luro consideran necesario a partir de los mecanismos de la democracia participativa impulsar junto a los legisladores un “proyecto de ley con el objetivo de recuperar la identidad barrial, lo que significa la designación con el nombre de Plazoleta de la Paz al lugar en cuestión, el primer paso para lograr luego que el mástil de la paz sea declarado”.

La primer diputada porteña que acompañó el reclamo fue Delia Bisutti en el 2012, ahora la legisladora Lorena Pokoik tomó la posta, y aguarda el tratamiento de la iniciativa.
 

Por Rodrigo Marcogliese

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