Se trata de la normativa clave para determinar cómo crecerá la
ciudad en los próximos años. Se promueve el uso de nuevas
tecnologías, mayor sustentabilidad y la perspectiva de género en las
futuras construcciones.
Tras un extenso debate la Legislatura aprobó un nuevo Código
Urbanístico, considerado una herramienta fundamental para determinar
cómo crecerá la ciudad en los próximos años y que establece los
nuevos lineamientos sobre cuánto y dónde se puede construir, junto a
los criterios y localización de actividades y usos. También se
sancionó un moderno Código de Edificación que está adaptado a las
nuevas tecnologías, promueve la sustentabilidad, busca generar mayor
acceso a la vivienda e incluye la perspectiva de género. Ambas
iniciativas fueron aprobadas con 34 votos positivos del bloque
oficialista Vamos Juntos.
Código Urbanístico
La decisión legislativa modifica el Código de Planeamiento Urbano
-CPU- vigente desde el año 1977, que tuvo cambios sustanciales en
1989 y en 2000, con la Ley 449, y dos actualizaciones en los años
2007 y 2013. La aprobación se efectuó en base a un proyecto
propiciado por el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, con
modificaciones sugeridas por la Comisión de Planeamiento Urbano.
El nuevo instrumento legal da cumplimiento al Plan Urbano Ambiental
-PUA- e incorpora nuevos paradigmas para la concreción de una ciudad
Integrada, Policéntrica, Plural, Saludable y Diversa, con
morfologías y mixturas de usos que reconocen las identidades
barriales y regulan el espacio privado desde el espacio público, con
instrumentos de gestión urbano-ambiental que concretan el objetivo
de la Nueva Agenda Urbana de ONU-Hábitat, y protege las áreas
patrimoniales y de identidad existentes.
El nuevo Código Urbanístico mira al espacio privado desde el espacio
público, cambiando el eje de desarrollo de la Ciudad. Así piensa la
normativa morfológica desde el espacio público que enfrentan
(calles, avenidas, plazas, parques, ríos) y los usos de suelo para
la generación de una ciudad a escala humana-peatonal y vivible.
Además, se focaliza en el reconocimiento y protección de la ciudad
existente, tendiendo a su completamiento de constructibilidad y
preservándola en las diversas áreas identitarias y para ello se han
establecido la diferenciación de las Unidades de Edificabilidad
entre Corredores (sobre vías de mayor ancho) y Unidades de
Sustentabilidad de Altura (sobre los espacios que se encuentran
dentro de ellas), reconociendo las diferentes densidades.
Por otro lado, el nuevo código respeta, y a su vez dota de
sustentabilidad a las áreas patrimoniales e identitarias conocidas
como Áreas de Protección Histórica -APH. Respecto al proceso de
reurbanización e integración socio-urbana de los barrios
vulnerables, se regulan los principios y contenidos mínimos que
deben aplicarse a través de la gestión participativa, reconociendo
la diversidad de los barrios y promoviendo su inclusión a la trama
urbana. A su vez se proponen áreas de renovación urbana en el
Riachuelo, que no solo aportan al desarrollo de esa zona, sino que
además promueve su articulación metropolitana con la Provincia de
Buenos Aires, buscando que el Riachuelo deje de ser una barrera
urbana.
Otro aspecto relevante es la concepción del transporte como un nuevo
“estructurante urbano” y para ello se han tenido en cuenta la Red de
Expresos Regionales “RER”, la de Metrobuses y la de los Subtes.
Asimismo la jerarquización vial guía la propuesta morfológica del
Código Urbanístico en la conformación de su tejido (mayores alturas
sobre el corredor vial y menores hacia adentro de las áreas de
sustentabilidad de altura), como así también en su mixtura de Usos
del Suelo, dado que ésta se da sobre vías primarias, y la menor
mixtura de usos residencial y comercial se encuentra en las vías
terciarias.
Con el nuevo Código el 70% de la Ciudad de Buenos Aires tendrá menos
de cinco pisos. Se eliminan los criterios cuantitativos presentes en
el CPU (FOT, FOS y la tangente) para respetar la constructividad de
cada una de las parcelas. Esos criterios hacían que el CPU sea
"interpretativo", permitiendo la construcción de edificios elevados
que hoy vemos en la Ciudad y en muchos casos son disruptivos de la
morfología de un barrio.
El diputado Agustín Forchieri (VJ), jefe de la bancada oficialista,
destacó durante el amplio debate sobre el proyecto que “debemos
crear una nueva trama urbana que identifique, aproveche y potencie
los nodos y corredores existentes, desarrollando a su alrededor
densos conjuntos de usos mixtos donde las personas vivan, trabajen y
accedan a los servicios en un radio relativamente reducido”. Y
agregó que “esa ciudad, policéntrica, densa y diversa que el Plan
Urbano Ambiental identifica como la Ciudad deseada, no es una utopía
urbana. Es la ciudad que debe sobreponerse sobre la dispersa y
sectorizada que tenemos actualmente. Y es la ciudad que vamos a
construir con este nuevo Código Urbanístico, para poder viajar menos
y vivir mejor”. También manifestaron su apoyo y rechazo al proyecto
los diputados Victoria Roldán Méndez, Fernando Vilardo (AyL),
Gabriel Solano (FIT), Sergio Abrevaya (GEN), Francisco Nosiglia,
María Rosa Muiños (BP), Roy Cortina (PS) y Javier Andrade (UC),
quien había solicitado a través de la firma de un dictamen de
minoría el archivo del expediente.
Código de Edificación
Tiene como objetivo actualizar los procedimientos de construcción
para lograr un producto de mayor calidad y menor costo que facilite
el acceso a la vivienda. Se busca reducir también la cantidad de
obras paralizadas acelerando los tiempos de resolución de trámites
de las futuras construcciones, que además serán más sustentables.
El actual Código de Edificación, pese a haber recibido con el tiempo
alguna modificación particular, es del año 1943 y perderá vigencia
el día posterior a que la nueva Ley sea publicada en el Boletín
Oficial.
Como medidas sustentables, el nuevo Código promueve en las futuras
construcciones el uso de iluminación led, filtros solares, la
incorporación de tanques de acopio, estacionamiento para bicicletas,
entre otros. Introduce además la perspectiva de género y diversidad
sexual planteando una arquitectura inclusiva en lugares públicos con
la habilitación de los baños unisex, baños familiares, y la
inclusión de cambiadores de bebés en sanitarios masculinos.
"Lo que este Nuevo Código intenta superar, es que como consecuencia
de los rápidos avances tecnológicos, la normativa edilicia quede
desactualizada, proponiendo en consecuencia un código innovador,
cuya estructura basada en un cuerpo principal que establece los
parámetros a cumplir, cuyas especificaciones serán determinadas en
reglamentos técnicos, permita que las edificaciones de la Ciudad se
encuentren a la vanguardia con las principales ciudades del mundo",
explican los fundamentos de la iniciativa.
Se agrega que "el proyecto dará dinamismo y actualización a los
lineamientos constructivos, conforme las necesidades de la realidad
imperante, agilizando los trámites administrativos que se deben
realizar para obtener los correspondientes permisos de obra,
fomentando el acceso a la vivienda para todos los ciudadanos,
obteniendo edificios de mejor calidad, a menores costos, y sin
perder de vista cuestiones de elevada importancia como ser el
cuidado del ambiente, la perspectiva de género y los logros
obtenidos en materia de accesibilidad consagrados en la normativa
vigente".
Por otra parte, en la nueva normativa se quitan otras obligaciones
que podrían reducir las expensas, como el caso de la vivienda del
encargado y la sala para ascensores, que serán optativas.
"Ha quedado de manifiesto que, como consecuencia de los rápidos
avances tecnológicos, la normativa edilicia se desactualiza.
Generalmente las normas sólo son revisadas cuando las prácticas han
ya devenido habituales, provocando un freno en la innovación. Por
medio del Nuevo Código se pretende corregir el cúmulo de normas
reglamentarias prescriptivas que indican en forma taxativa
materiales y técnicas obsoletas, impidiendo la utilización de nuevos
materiales y técnicas innovadoras", señalan los fundamentos del
mensaje del proyecto, enviado a la Legislatura por el Jefe de
Gobierno.
La nueva normativa establece:
- Pautas en materia de estética urbana la cual amerita la tutela
estatal, considerando la preservación patrimonial por medio de la
definición de los criterios de intervención y diversos grados de
adecuación.
- Nuevas condiciones para la distribución de la superficie de las
viviendas, con las mismas prestaciones en términos de habitabilidad,
ventilación e iluminación, teniendo como consecuencia la mejora de
su funcionalidad y un mayor acceso a la vivienda.
- Nuevos parámetros para garantizar mejoras en la habitabilidad, la
accesibilidad y la salubridad, incluyendo políticas de género,
actualizando la clasificación de los usos.
- Nuevas prestaciones relativas a la prevención y protección contra
incendios, teniendo en consideración los tipos de locales y usos.
- La implementación del diseño sustentable, estableciendo soluciones
ambientales y requisitos mínimos que deberán ser respetados, como el
control en el uso del agua, el uso eficiente de la energía, y la
gestión de residuos en obra, entre otros.
- Respecto de las Estructuras se incorporan nuevos estándares de
calidad para el cálculo y seguridad de las construcciones.