Dentro de poco un sin número de spots publicitarios van a irrumpir
en nuestros televisores, entrarán sin pedir permiso en nuestros
transmisores radiales, y salpicarán su tinta en los diarios.
La avanzada proselitista se viene haciendo notar sin siquiera
comenzar formalmente. Llamadas falsas a un ciudadano inexistente
para repetir frases viciadas de cero contenido moral, y un cinismo
al máximo nivel. Promesas incumplidas en campaña que vuelven en
formas de nuevas promesas electorales para influenciar a un votante
sin memoria, son ejemplos.
¿Cómo se cocinan los anuncios publicitarios?
Será que un cráneo mediático dice “hola hola, buenos días nuestros
queridos y solemnes candidatos. Queremos hacer de ustedes los padres
de la patria en esta bastarda nación, vacía de sentimiento nacional
en sus votantes. Por ser esta una ocasión especial podemos hacerles
un 2x1, dos mentiras por cada propuesta. O mejor, podemos hacer una
-ideastorming- para el nicho 2B que está saliendo mucho en europa”
También imagino al candidato que escucha eso y dice “¿europa? ah
bueno, si viene de ahí deme dos, por lo del 2x1 no se haga problema.
Y en cuanto al nicho 2B, si eso significa hundir a alguien vamos
para adelante. De última, decimos que la campaña sucia viene de los
otros y listo”.
Los españoles Jorge Luis Marzo y Arturo "Fito" Rodríguez
desarrollaron en su país la serie de documentales “Spots
Electorales, el espectáculo de la democracia”, que cuenta con una
selección de 300 campañas políticas emitidas en los medios de 70
países desde 1989, año de la caída del Muro de Berlín.
Según los autores, en los años ´80 comenzó a desaparecer la “cabeza
parlante” del candidato exponiendo su programa electoral durante
diez minutos, y surgió una fusión del anuncio comercial, la ficción,
el documental, el videoclip, la parodia o el espectáculo deportivo o
musical, a utilizar en función de los diversos perfiles de los
votantes y de los medios empleados.
Más aún, tras la caída del muro y la globalización, los spots
electorales pasaron a intercambiarse libremente entre países e
ideologías diferentes.
La aparición de las redes sociales, una nueva plataforma de internet,
en las que es posible detallar la identidad socio económica del
ciudadano, y la ubicación geográfica electoral del votante.
Puede ir desde un anuncio liso y llano, facturado y todo en blanco;
hasta un “chivo”, un númeral seguido de una frase, una
tergiversación y una nota falsa publicado en un sitio web del mismo
tenor.
Los españoles insisten en decir que “pasado el tiempo, el spot se
convierte en la memoria audiovisual del discurso político y utiliza
un lenguaje producido para no perdurar”.
En criollo, borrar con el codo lo que se escribió con la mano.
Quedará para más adelante hablar del ciudadano y su responsabilidad
de ser influenciado. Yo te puedo decir que Argentina está ubicado en
europa y aunque haya existido personas que lo desearan mucho, te
estaría mintiendo.
Perón decía tener un perro caniche al que le puso como nombre León.
Él decía que lo llamaba “León venga, y León viene… pero sé que es un
perro. Muchos se dicen peronistas y me vienen a ver, pero no son
peronistas”.
O en palabras de Macri la promesa de “pobreza cero”, pero subió el
índice de pobres, como la inflación y el desempleo. Y mal que les
pese a muchos, no había que ser futurista para darse cuenta como
venía la baraja.
En cuanto a los spots, los documentales están separados en cuanto a
ejes de confianza/desconfianza, corrupción/honestidad,
futuro/pasado/cambio, eficiencia/ineficiencia/curriculum,
patriotismo/identidad/familia/migración, servicios
públicos/impuestos/bienestar,
seguridad/inseguridad/miedo/esperanza/justicia.
Aunque hecho en España, los autores identificaron también
publicidades en Argentina, por ejemplo los anuncios de Carlos Menem,
están encasillados en hacer hincapié en la mano dura; De La Rúa a
spots musicales; la Juventud Radical es satírica y sus anuncios son
basados en la parodia de los demás, Macri apuntó a la copia de
anuncios que rindieron en otros países, Cristina Fernández de
Kirchner mencionaba por encima de todo la consigna patria.
Así las cosas, el croupier tiene el mazo… queda repartir y ver el
juego. Esperemos que esta vez, hablando metafóricamente del Poker no
haya quien pague por ver…