Vélez le ganó 1-0 a River en Liniers. Los de Gallardo, que
terminaron con diez por la roja a Enzo Pérez, acumulan seis derrotas
consecutivas como visitante. El fortín llegaba de tres partidos sin
victorias y necesitaba sumar para no sufrir con los promedios.
No hay árbitro del que hablar ni argumento ajeno al fútbol que pueda
digerir una nueva derrota. River sigue sin rumbo. Suma dudas cada
fin de semana. Llegó a su sexta derrota consecutiva como visitante
y, aunque al entrenador no le guste, vive una crisis de la que no
puede salir.
Vélez jugó mejor, mereció ganar, superó un pequeño bache en el
segundo tiempo y, con carácter, se llevó el merecido 1-0 de la mano
de sus pibes y con el respaldo de la experiencia de Cubero y Mauro
Zárate.
River llegaba a Liniers con una deuda futbolística preocupante. Y
además, en la mochila tenía todos los condimentos de una semana
cargada de polémica por el mal arbitraje de Jorge Baliño que le
impidió ganarle a Godoy Cruz en la última fecha.
Del otro lado, Vélez también tienen la cabeza llena de
preocupaciones. Porque el presente es irregular pero lo asusta el
futuro ya que en la tabla de promedios sólo supera a los cuatro que
se estarían yendo a la B Nacional.
Para sumarle más nafta al fuego en apenas seis minutos de juego
llegó la primera polémica arbitral: Martínez Quarta tardó en salir
jugando desde el fondo, Agustín Bouzat le punteó la pelota y el
defensor de River se lo lleva puesto con la inercia de pretender
sacar el remate. Era penal para Vélez que Mauro Vigliano no cobró.
Más allá de ese error, el local siguió llevando las riendas del
juego. Le ganaba el mediocampo a River, que sufría por la apatía del
uruguayo De la Cruz. El mediocampista que debía hacerse eje del
ataque apareció en cuentagotas y nunca generó sorpresa.
El fútbol del equipo de Gallardo dependía entonces del pibe Exequiel
Palacios, con buenas intenciones dentro de un desconcierto
generalizado.
Vélez tenía menos la pelota pero era más punzante a la hora de
atacar. Lo tuvo Mauro Zárate con un remate bajo que atrapó Franco
Armani. Y la más clara fue una llegada en sorpresa de Lucas
Robertone, que se metió en el corazón del área, cabeceó fuerte y
obligó a una atajada fenomenal del arquero de River.
Para el segundo tiempo, los cambios mejoraron en “el millo” fueron
Leonardo Ponzio (por Zuculini) le dio presencia en el mediocampo y
Rodrigo Mora (por Scocco) agilizó el ataque.
Y ahí el equipo de Gallardo tuvo su ráfaga en la que pudo haberse
puesto en ventaja. La más clara fue un tiro libre con rosca de Mora
que pegó en el travesaño y picó en la línea.
Pero de esa jugada llegó la expulsión por doble amarilla a Enzo
Pérez que revitalizó a Vélez.
Otra vez la manija cambió de manos y el local pudo destrabar el
cero. Guapeando en el área, aprovechando las dudas de Ponzio para
despejar y con una corajeada del Monito Vargas, que desbordó y tiró
el centro. Por el medio entró el Payaso Robertone y definió con
clase para el 1-0.
Fue merecido. Porque Vélez fue superior en la primera etapa y porque
supo superar el tramo del partido en el que River se acercó al gol
de la mano de Mora.
Fue sólo una ráfaga del equipo de Gallardo. La crisis ya no se puede
ocultar. Sigue a 21 puntos de Boca y cuando termine la jornada puede
quedar debajo del vigésimo puesto de la tabla.