Vélez viajó hacia el sur, más precisamente a Florencio Varela, donde
se quedó con los tres puntos del cotejo ante Defensa y Justicia en
lo que significó el retorno del fútbol grande del país, por la 13°
fecha de la Superliga.
El sol de enero pega de lleno en el rostro rojo de Gabriel Heinze
(técnico debutante en el conjunto de los de Liniers), que se lleva
sus dos dedos meñiques a la boca para chiflar, a modo de aliento
para que se sus jugadores, ya acalambrados, den el último esfuerzo
para sostener la victoria sobre Defensa y Justicia. Es la imagen de
la presentación de un equipo que ya muestra su identidad. Con una
formación plagada de juveniles se pusieron en ventaja con un buen
primer tiempo, y en el segundo contaron con la ayuda de la suerte y
la complicidad de los delanteros locales para asegurarse los tres
puntos.
Fue un Vélez nuevo. Desde las incorporaciones, desde algunos
juveniles que tuvieron su chances y también desde la actitud. De los
once que salieron a la cancha, sólo el arquero César Rigamonti y los
zagueros Joaquín Laso y Marco Torsiglieri superan los 23 años. El
resto son pibes, la mayoría surgidos del club y otros como Agustín
Bouzat, Luis Abram, y Luis Amarilla, refuerzos por los que apostó el
Gringo, que dejó en el banco a experimentados de la talla de Fabián
Cubero, Jesús Méndez y Rodrigo Salinas.
El equipo de Heinze no jugó bien, su arquero fue figura, pero sin
embargo supo aguantar el resultado, como no lo había hecho nunca en
el primer semestre.
El partido se suponía intenso desde el arranque, y es precisamente
cuando nada pasaba, salvo un tiro de afuera del área de Domínguez a
los 28', Hernán De La Fuente fue derribado por Zubriggen y Loustau
no dudó en cobrar penal. Se hizo cargo Totín Amarilla, quien pateó
cruzado a la derecha de Unsain, que aunque eligió el mismo lado no
pudo evitar el 1-0, que iba a ser definitivo. Luego, Defensa quiso
reaccionar pero poco pudo generar. Una sola chance del Cuqui
Márquez, que anticipó a Torsiglieri pero la pelota pegó en el palo
derecho defendido por Rigamonti.
En el complemento, el Halcón salió desde el arranque con todo por el
empate y comenzó a acorralar al equipo del Gringo. Y al juego por
abajo, el equipo de Vojvoda le sumó la pelota parada. Vélez se vio
obligado a retrasarse en su campo y, con una soberbia actuación de
Rigamonti, aguantó la arremetida del Halcón.
De esta manera, Heinze comenzó con el pie derecho su ciclo en el
equipo de Liniers aunque, sin duda, deberá mejorar de cara al
futuro. Vélez, que jugó sin Mauro Zárate debido a que no llegó su
habilitación, no mostró su mejor versión pero ganó, y los tres
puntos le dan aire en la tabla de los promedios.